Sorprendentemente, algunas de las marcas de lujo más reconocidas del mundo, como Etro, Armani, Max Mara, Prada, Marc Jacobs, Ralph Lauren, Gucci y Versace, fabrican sus espadrilles en esta ciudad. Además, otras marcas conocidas como Zara, Uterqüe, Purificación García y Mascaró también han optado por esta industria que combina la artesanía, el diseño y la innovación.
La tradición de la producción de esparto en Caravaca de la Cruz se remonta a más de 500 años, y la ciudad se considera la cuna mundial del esparto. Las piezas de calzado hechas a mano aquí han sido lucidas por celebridades como Kate Middleton y Paula Echavarría.
Hace cinco años, la asociación Calzia, que representa a varias empresas de la región, creó el Festival de Artes de Yute para revalorizar y dinamizar la industria, apostando por la innovación. La última edición fue la primera feria de calzado virtual en Europa, y compradores nacionales e internacionales acuden a ella.
En el evento de este año, fabricantes locales como Ruiz Bernal, Kovan 1924, Casteller, Kanna, Conchisa y María Victoria estuvieron presentes. Casi el 90% de su producción se exporta a mercados internacionales, como Londres, Berlín, Las Vegas, Catar y Seúl.
La industria del yute de Caravaca de la Cruz es un ejemplo de sostenibilidad y economía circular, y actualmente están trabajando en la elaboración de suelas hechas con cáscaras de arroz de Calasparra y almendras locales. Además, han lanzado el proyecto Life Kanna Green, que es un pionero en el reciclaje de zapatos y está financiado por la Unión Europea. Esta industria promete ser una fuerza importante en la economía local y ya se le conoce como el Yute Valley, en clara referencia a Silicon Valley.